Como niños.

Y un día, mientras observas desde la ventana de tu vieja habitación, ves como hay niños en el parque que no paran de reir y jugar. Son felices, el único temor que tienen es si su muñeca o si su coche se pueden romper algún día. Entonces el tiempo pasa, y esa muñeca, ese coche, terminan rompiéndose, ya han crecido y se han dado cuenta de lo que la vida esconde. Esas traviesas aventuras de piratas que tenías cuando eras pequeño, cuando no importaba quién tripulaba el barco...¿Dónde quedaron? Y ahora, lo único que es importante es si serás capaz de tomar el mando, de tripular ese barco y esquivar todo peligro que haya en el mar. Chocarás con acantilados, las grandes olas intentarán que naufragies, muchas sirenas querrán manipularte con su canto, incluso, encontrarás tiburones que desearán devorarte...pero solo tú puedes lograr superar toda barrera, madurar, tener el mando del barco y salir adelante.